(Parte final del poema incluído en mi libro "Estampas de luz" dedicado al viejo colegio nacional y comercial
de 9 de julio y Belgrano)
Y si una mañana mi viejo colegio,
por esas cosas que tiene el progreso que todo lo arrasa,
tus paredes viejas se vuelven escombros,
un montón de sueños de mi adolescencia, de flores y pájaros,
de llovizna y frío, de risa y silencio, de amores perdidos,
de mil primaveras, caerán con ellas.
Pero… aunque el tiempo duerma por siempre tus días
y alguna mañana destruya tus cosas,
aunque un día no existas, seguirás viviendo en tantos recuerdos,
que nunca habrá un tiempo para que te olvide.
Mi viejo colegio...
si el regreso es río que surca la vida,
navegando el tiempo de dulces recuerdos
volveré algún día...
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