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domingo, 17 de octubre de 2010

DE MI LIBRO: "SI DOBLAN LAS CAMPANAS"


CAPITULO VIII
1.  La Logia Masónica “Estrella de La Paz”

Nicolás Odera

     Integrantes de esta logia tendrán un papel preponderante en la historia central de este trabajo. Ubicados en distintas organizaciones de peso en la ciudad, se enfrentarán con hechos y palabras a la Iglesia Católica.
     Conoceremos en este Capítulo como nace y quienes eran los integrantes de la Logia Masónica “Estrella de La Paz”.
     El Dr. Agustín P. Justo (Gran Maestre) funda en su ciudad natal, Goya, provincia de Corrientes, una Logia Masónica. Idéntica gestión gestó en Esquina, y el 1º de Enero de 1877 también en La Paz denominándola precisamente “Estrella de La Paz”.
     La Paz no fue la única localidad de la provincia donde actuaron instituciones de este tipo y con una cantidad de adeptos muy considerable.
     Así lo demuestra una estadística hecha en el año 1884 que daba los siguientes datos:
     Número de Afiliados por ciudad:
     120 Paraná, 31 La Paz, 35 Victoria, 43 Gualeguay, 30 Colón, 80 Concordia, 76 Concepción de Uruguay.      
                   
Ernesto Gariboglio
     Teniendo en cuenta estos datos podemos ver que  la actividad de la institución en esta provincia fue muy importante.
     En nuestra ciudad funcionó en el edificio ubicado en calle España Nº 631. Los masones paceños son reconocidos a nivel nacional por su accionar en las epidemias de cólera y fiebre amarilla, y también en la actuación que les cupo en la revolución de 1890 auxiliando a los heridos.
     Actuaron además con marcado éxito tanto en las obras a realizar, como en la incorporación de nuevos adherentes. Estos eran en su mayoría profesionales, industriales, comerciantes, entre los cuales figuraba un Coronel del Ejército, Félix Benavides, quien estuviera al frente de la Jefatura Política entre 1876 y 1881, precisamente en la época de la creación de esta logia. 
     En los primeros años, la masonería hizo construir un hermoso edificio que destinaron a sede social. Allí periódicamente efectuaban fiestas sociales, contando para ello con el mobiliario necesario,  juegos de vajilla para banquetes, enseres todos  individualizados  con los emblemas masónicos.
     Hacia fines del siglo XIX y comienzos del siglo XX fue su época de esplendor. Después de la década del 20 empezó la decadencia de la Logia.  Cada vez  se hicieron más distantes las reuniones, hasta quedar inmovilizada totalmente la actividad de sus adherentes. En 1941 los cuatro miembros sobrevivientes resolvieron donar el edificio a la Sociedad Educacional Fraternidad, existente en calle España 631. Los cuatro miembros que donaron el edificio fueron: Nicolás Oddera, Primitivo Calleja, Ángel Raspini y Ernesto Gariboglio.
     Precisamente en ese año el Presidente de la Logia Masónica “Estrella de La Paz” Señor Nicolás Odera expresaba en una nota: “… hallándose esta logia masónica Estrella de La Paz en la muy lamentable situación de disolución, por carecer de socios para un normal funcionamiento, se ve en la necesidad de ofrecer este edificio a la Sociedad Educacional Fraternidad, para que ésta lo utilice para los fines ésta considere necesario”.
     Algunos de los masones paceños que actuaron durante los cuarenta y cinco años de existencia de la Logia “Estrella de La Paz” fueron:
Pedro Paralle, médico.
José Masjuán, constructor.
Primitivo Calleja, carpintero.
Adolfo Schulzten, contador.
Alejandro Domenicone, hotelero.
Atanasio Izaguirre, hacendado.
Elfio Córdoba, Juez de Paz.
Nicolás Odera, zapatero.
Julio Schiappapietra, agente marítimo.
Juan Schiappapietra, Intendente en 1915
Ángel Raspini, licorista.
Luís M. Rodríguez, maestro.
Salvador Sallarés, comerciante.
Aquiles Guindón, escribano.
Francisco Turano, carpintero.
Pedro Ardizzi, confitería.
Ernesto Gariboglio, comerciante.
Félix Benavides, coronel.
Agustín Vivero, médico.
León Uriondo, comerciante.
Lorenzo Quirolo, comerciante.
Ricardo P. Rolla, comerciante.
Domingo Campdesuña, panadero.
Fermín Espiro, agrimensor.
José E. Gollán, médico.
Fermín Machicote, industrial.
Domingo Carlomagno, constructor.
Avelino Guindón, escribano.
Baltasar Descalzo, comerciante.
Pedro Gadea, contador

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