Dejó sus sueños y su tristeza guardados en un rinconcito allá en el Sur.
Una delgada soledad lo abraza en este amanecer de acero
tan parecido a aquél, el de Malvinas, allá en el 82…
llovizna en su ciudad como ayer en Malvinas,
está triste, su corazón tiembla de frío….
como ayer en Malvinas.
Si, como ayer… como casi todas las noches
un tierno resplandor marino se prende en sus ojos,
una inquieta melancolía le calcina el alma,
sus lágrimas cobijan el suelo…
Y los ve venir como ayer allá en Malvinas
como perros rabiosos a quitarle la vida, mas como ayer, no lo verán llorar
y no se la llevarán de arriba
Y otra vez está allí,
el silencio no deja escuchar el ruido de los muertos,
sus amigos que caen… allí entre las zanjas,
las nubes desgranan gotas como cuentas de un Rosario
por cada compañero caído…
Busca en su memoria el nombre de cada uno de esos compañeros
y entonces los ve… allí están… enarbolando en Malvinas
una bandera celeste y blanca…
Y piensa en aquellos que volvieron y no aguantaron el olvido y el dolor
y decidieron partir a reencontrarse con aquellos
que cayeron en el sur
Pero él no quiere morir otra vez,
tiene miedo de llegar al cielo y caerse…
Malvinas… el ruido y el silencio, Malvinas… la guerra y la muerte…
Una triste soledad lo abraza en esta fría mañana de abril…
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