"DOÑA MARÍA... LA DIABLA"
Llegabas a tu casa con una puerta sin llave,
sentías el perfume que olía a rosas secas,
otro día en las calles arrastrando las penas,
otra vez en tu alma, galopaba la tristeza.
Y adentro de tu casa, silencio sin sorpresas,
tu vida en la rutina no tenía respuestas,
un florero vacío descansa allí en la mesa
y entonces preguntabas, ¿qué hago en esta pieza?
Tu vida está en la calle y a veces te preguntas
¿Será que el día que falte mi andar en las veredas,
y deambule mi sombra vagando en esas calles?
¿Será que alguien se apiade y le alivie las penas?
Los niños muchas veces, y casi sin pensarlo,
hacemos cosas malas y a mucha gente, daña,
y aunque nunca lo sepas hoy quiero redimirme
y pedirte disculpas, yo te he gritado: ¡Diabla!
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