En este espacio los hacedores de nuestra cultura paceña y entrerriana podrán contar sus sueños; y será un lugar donde se conozcan nuestras historias; un lugar donde nuestros paisajes, nuestras poesías, nuestra música, puedan llenar el alma de quienes visiten este espacio cultural.
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miércoles, 30 de septiembre de 2009
"VUELO JOVEN 2009" DESFILE DE CARROZAS-GANADORES
Si algún distraído hubiera olvidado que día era, habría pensado seguramente que era 24 de Enero, el Día de nuestra Patrona, porque en la plaza no entraba como dicen “ni un alfiler”. Los que saben de números decían que había más de 5000 personas. Todo fue una fiesta, la Banda de Música “Ciudad de La Paz” invitaba a bailar con sus interpretaciones. Aproximadamente a las 21 horas comenzó el desfile de las carrozas. Este año los jóvenes tenían que trabajar sobre el “medio ambiente”; más de 20 carrozas con mucho trabajo mostraron esta temática, recibiendo el caluroso aplauso del público.
Los ganadores en el Rubro Carrozas fueron: En EGB3 el Grupo “Aguará guazú” “Recuerdos de Provincia” y en POLIMODAL el Grupo ganador fue “Quebrantahuesos” de la misma Escuela.
Estos mismos grupos fueron los ganadores de esta segunda edición de “Vuelo Joven”.
Se clasificaron en segundo lugar: POLIMODAL: 5TO.SIN LIMITE” y en EGB3: “COMPLICES”
Así, viviendo una fría noche pero con el calor que pusieron los chicos culminó esta segunda edición, con la promesa de encontrarnos en el año del Bicentenario en la III Edición de Vuelo Joven por La Paz.
martes, 29 de septiembre de 2009
NUESTROS AMIGOS: ROQUE MARIO ERAZUN
Roque Mario Erazun, cantor popular de nuestra provincia entrerriana.
Fiel seguidor de la tradición cancionera de Linares Cardozo y Victor Velázquez.
Aquí nos deja un clásico de don Linares: "Peoncito de estancia".
Las glosas pertenecen a Julio Blanche y están recitadas por Mario Alarcón Muñiz.
(Hacer doble clic en la tecla pay para escuchar la canción)
EL ENTRERRIANO DE LOS PAJAROS
NUESTROS AMIGOS: CESAR TRACHITTI
lunes, 28 de septiembre de 2009
domingo, 27 de septiembre de 2009
NUESTROS PERSONAJES
Cuando llegaban los corsos de “Alto Echagüe”, uno de mis personajes preferidos era “Tamalito” acompañado de sus indios. En horas de la siesta “Marincho” y su carretilla cargada de jugosas naranjas; “José” y su radio y su bicicleta con alas; “Yacaré” y su tranquito corto.
Más cerca en el tiempo, si hablamos de personajes paceños, debemos detenernos en el “Bocha” Martinez, “Pinocho”, 27 años recorriendo las calles de nuestra ciudad repartiendo diarios, ni el sol ni la lluvia, nada lo detenía.
Su imagen nos trae otros personajes actuales: “Lucas” y su bastón (hasta hace unos pocos años acompañado de “María”; le pregunté su edad y me dijo que no sabe cuántos años tiene, que nació en La Paz, pero no se acuerda cuando ni donde.
El “Tati”, a veces recorre nuestras calles con un auto imaginario, enamorado de la música; y aunque es un personaje importado, no podemos dejar de mencionar a “Matías” de Feliciano; de tanto en tanto desaparece, lo creemos muerto, pero como Lázaro el de los Evangelios, siempre resucita.
Se que faltan muchos, una linda tarea sería que cada barrio recupere sus personajes, los de antes y los de ahora. Si usted tiene una historia para contar, venga a nuestra Casa de la Cultura, acerque sus recuerdos y podremos enriquecer esta página.
sábado, 26 de septiembre de 2009
CHARLAS EN LA COSTA DEL URUGUAY
Las escuelas visitadas y donde el Director de Cultura Horacio Martinez presentó la segunda edición de su Libro Interactivo “De alas y Trinos” fueron: Escuela “San José” de San Salvador, Escuela Primaria de General Campos, Escuela “Pronunciamiento” del Brillante San José, Escuela Nº 83 “Justo José de Urquiza” y Escuela Nº 53 “Alejo Peyret” de esta misma localidad.
martes, 22 de septiembre de 2009
HISTORIAS PARA CONOCER
Hizo la campaña del desierto y en 1880 actuó nuevamente en los ejércitos antimitristas. En 1883 fue nombrado gobernador del Chaco y, en 1888, lo fue de Formosa. Alcanzó el grado de general de brigada y en 1908 publicó “La vida de un Soldado o Reminiscencias de las Fronteras”. A él le debamos muchos relatos y descripciones de los hechos sucedidos durante la rebelión jordanista, como el relatado por el mismo refiriéndose a un hecho sucedido después de la batalla de “Don Gonzalo”, digno de una historia romántica que no puede dejarse perder.
Después de la batalla de "Don Gonzalo", en que las tropas liberales “armados de rico armamento de ´nuevo sistema´, y arrojando millares de balas explosivas” provocaron el desbande de las tropas federales, Ignacio H. Fotheringham, que fue protagonista de dicha batalla, cuenta el siguiente relato heroico que no puede quedar en el olvido, y cuyo protagonista bien pudo ser cualquiera de los criollos que peleaban por la autonomía de su provincia arriesgando su pellejo sin pedir nada a cambio: “Solo, bien montado en un hermoso caballo moro – relata el autor de “La vida de un soldado” – se vino sobre el 10 de línea, pasando al lado de la caballería de Undavarrena, un jinete entrerriano, gallardo mozo, de no sé de donde ni nadie sabrá nunca; se golpeó en la boca, hizo rayar su flete y descargando una pistola que llevaba en la diestra, dio media vuelta y a todo escape regresó de donde vino. No he visto audacia e insolencia igual. Un hermoso acto y por hermoso quedó impune pues no quise que le hicieran fuego los granaderos, que ya iban a hacer una descarga; y se fue sombrero negro de cinta roja, traje de terciopelo; la cola del caballo hecha nudo entrelazada con cintas rojas. ¡Que curioso tipo! No sé si sería un loco, pero si lo era, era un loco sublime”.
viernes, 18 de septiembre de 2009
jueves, 17 de septiembre de 2009
HISTORIAS PARA CONOCER: RELATOS DE VIAJEROS
La capilla mencionada en este relato estaba ubicada en la actual calle San Martín Nº 352 con frente hacia el río Paraná. Y el sacerdote que menciona el navegante fue el Presbítero Francisco I. Sauret.
En Abril de 1919 arribó a La Paz el corresponsal viajero de la famosa revista porteña “Caras y Caretas”, cuyo fundador, el periodista entrerriano José Álvarez, más conocido como “Fray Mocho”, fue una de las plumas más prestigiosas de aquellos tiempos.
Dicho corresponsal, el Dr. Vaccari, refiriéndose a La Paz publicó sus impresiones en un artículo aparecido en el número 1074 del 3 de Mayo de 1919 de dicha publicación, y allí contaba lo siguiente: “…La Paz se presenta con un panorama imponente, recostada en una altura parece muy grande y muy bonita. El sol la ilumina de lleno y la ciudad hace recordar a Paysandú”. “…Las calles de La Paz, salen del puerto como las varillas de un abanico. En La Paz muy pronto me hice de relaciones. No hay que olvidar que se encuentra en la provincia de Entre Ríos, donde la gentileza de los habitantes es proverbial. Fue el Señor Ernesto Gariboglio quien me presentó al Señor Brecia -cónsul uruguayo, presidente de la Sociedad Fomento de la Educación en esa época- en el mismo local de la C. de Fomento, edificio muy bonito y, sobre todo, cómodo y bien distribuido…”
“…Recorrí en auto los alrededores de La Paz, verdaderamente pintorescos. Cerca de la Sociedad Rural se corría una carrera criolla, y era digno de verse el imponente regimiento de caballería que representaban todos esos paisanos montados en sus mejores fletes”.
“Lástima que La Paz no tenga luz eléctrica. Una ciudad de 8000 habitantes debería tener algo mejor que el alcohol carburado”.
“Escoltado por el Comisario de Órdenes de la Jefatura me fui al domicilio de Jacinto Zenón Álvarez, un viejo de 79 años que, según todo el mundo afirma y lo dejó comprender el mismo, fue de los nueve que tomaron parte en el asesinato de Urquiza, en San José. Vive a la orilla del pueblo en una modesta casita, y hace tiempo ya que casi no abandona la cama”. (1)
Otro de los documentos sobre nuestra ciudad en aquellos tiempos es el dejado por el escritor español Adolfo Posadas, que por aquellos tiempos lejanos pasó por La Paz en barco y en su libro “Pueblos y Campos Argentinos” hace una referencia admirativa de las costas del Paraná frente a La Paz.
“Llegamos -dice- a uno de los lugares de mayor dificultad, allá hacia el arroyo Verde, cerca de La Paz”. “…Temíamos no poder pasar. Frente al canal cuatro vaporcitos y cinco veleros esperaban, resignados sus tripulantes a que el río subiese algo o que el duro viento se acostase. Según avanzaba la tarde, serenábase el cielo que poco a poco se teñía espléndidamente de rojo encendido fuerte que se reflejaba en el río inflamando sus aguas, que parecían un inmenso brasero llameante. Noche tocamos La Paz”.
Realmente bella la descripción que hace este viajero del panorama y el paisaje que sus ojos vieron, en su descripción hay verdadera admiración por las bellezas de nuestra zona.
Otro de los relatos que queremos recordar es el siguiente. En el año 1914 llegan a La Paz por vía fluvial dos escritores italianos, los señores G. M. Favoino y A. Bufardeci, los que estaban recorriendo la provincia de Entre Ríos, recopilando antecedentes para escribir un libro, el que luego publicaron en italiano, con el título de “Gli Italiani Nella Provincia di Entre Ríos”.
En la parte referente a La Paz dicen: “…Y es con intensa sorpresa que nos damos cuenta que hemos llegado al final de nuestro lento, pero no por eso menos bello y emocionante viaje. La Paz, lo mismo que su hermoso puerto, que se extiende elegantemente a lo largo de una vasta ensenada en forma de media luna, ríe bajo el sol postmeridiano. Mientras nuestro remolcador se prepara para amarrar, esperando que le sea asignado el lugar de anclaje en el muelle, nosotros podemos admirar la ciudad que, blanca, suavemente reclinada sobre el ligero declive de un breve altiplano, aparece inclinada hacia el río. Se tiene la impresión de que un enorme cíclope la soliviantara quedamente sobre sus espaldas para mostrarla a la admiración del visitante.
“¡Pequeña y blanca ciudad! ¡Pareces soñada, entrevista de en los delirantes vuelos de nuestra fantasía, cuando aún éramos adolescentes e ignorábamos la extensión del mundo y la belleza de la vida, con todos sus dolores!
“¡Pequeña y blanca ciudad! A oriente y occidente tienes por centinelas, pequeñas torres y la esbelta antena de la estación radioeléctrica, elevada al cielo como para significar su enorme deseo de crecer y adelantarse hacia el infinito. ¡Quién podría olvidar tus plácidos silencios nocturnos, extendidos sobre las casas, desde la cómoda y elegante casa burguesa hasta el humilde rancho de paja y barro que forma a tu alrededor el pueblo del trabajo y el germen poderoso de tu fecundidad, como un manto de reposo y olvido! ¡Quién podrá olvidar tu puerto y el claro espejo de tus aguas, tan largamente y por tantas veces admirado durante las tibias tardes luminosas o las quietas noches de otoño! Cuando el ardor del trabajo diurno, lleno de jaleo de las máquinas y de las fuentes sonoras y voces de los obreros rudos, sucedía la paz del crepúsculo y las últimas velas blancas, temblorosas como suspiros, lentas como copos de nieve, retornaban a la seguridad de tu seno después de cumplir la jornada de sacra labor…”
“Pero el recuerdo de La Paz, más que por estos sentimientos de emoción y belleza, será imborrable para nosotros por la noble cortesía de sus autoridades municipales, tan poco comunes y que nos fueran tan pródigas en gentilezas e informaciones. Creemos un importante deber dejar constancia en este volumen de los nombres de los siguientes: Señor Juan Schiappa Pietra, intendente municipal; Señor Juan Sueyro, jefe de policía; Señor Manuel del Puerto, Subprefecto del puerto; señor Fabio Leguizamón, Receptor de Aduana; señor Aparicio Gudiño, jefe del Servicio Aduanero”.
Coincidentes y hermosos los relatos de estos viajeros que en los primeros años del Siglo XX visitaron La Paz. No es con poca emoción como la describen cada uno de ellos, demostrando que esta ciudad, desde antiguo, ha tenido, por sobre su belleza panorámica y sus características de ciudad serrana, una cálida acogida para cuantos han arribado a la misma desde distintos lugares del país y del mundo.
Revivir las gratas, y más que ello, emotivas evocaciones escritas por quienes con tanto entusiasmo y amistosos sentimientos visitaron La Paz hace casi un siglo, es recoger un valioso aporte para la historia local.
NUESTRAS INSTITUCIONES: CLUB COMERCIO
miércoles, 16 de septiembre de 2009
NUESTROS ARBOLES: EL ALGARROBO
“El algarrobo, aparte de ser un prócer desde el punto de vista histórico y tradicional, cumple una función ecológica de primer orden. La naturaleza lo puso aquí para proteger este tipo de hábitat por la gran cantidad de nitrógeno que aportan las hojas que caen; proteger el suelo del lavado de las lluvias y hacer posible la gran cantidad de biodiversidad del Espinal”.
El nombre algarrobo deriva del árabe al carob, “El árbol por antonomasia”. Los indígenas del Noroeste argentino lo llaman takku, voz quechua que también designa a “El árbol”, con el mismo sentido de respeto. Los guaraníes lo designaron ibopé: “Árbol puesto en el camino para comer”.
Desde muy antiguo fue la más preciada ofrenda para los dioses: follaje para la sombra; madera como calor y abrigo; corteza y hojas, como colorantes, para curtir y curar afecciones; frutos para comidas, dulces y bebidas. Casi todos los pueblos aborígenes de la Argentina realizaron recolección de algarroba.
CULTO AL ÁRBOL. Pese a la valiosa presencia del algarrobo en la provincia de Entre Ríos, es en otros puntos cardinales del país donde se le rinde un real culto: aprovechando como alimento sus algarrobas, cantándole y dedicándole poemas, construyendo leyendas a su alrededor. En la ciudad La Paz, hay algunas excepciones.
“- `Don Linares, ¿La Paz es tierra de monte, de selva?´
`- En tiempo de mi nacimiento, por 1920, La Paz era muy montaraz, era un retazo de Montiel. Yo me crié en una zona llamada Distrito Yeso. Mi tío tenía una estanzuela allí y su capataz se llamaba Linares Cardozo (nombre que adopta el poeta como propio). Era una especie de Segundo Sombra que me enseñó a descubrir la naturaleza, de ese mundo que está cargado de riqueza en cada árbol, cada yuyo, cada arroyo, cada pájaro. Los carreros se sumergían por leguas en los montes paceños, en ese Montiel virgen como lo conocí, esos algarrobales en los que uno podía perderse, poblados por un mundo de personajes mágicos que marcaron mi ser´.”
En el cementerio de su poblado natal, tres árboles por él elegidos dan sombra a Don Linares: un timbó, un espinillo y un algarrobo.
En el establecimiento La Ilusión, Paraje Arroyo Hondo, a 12 kilómetros de la ciudad, existe un añoso e histórico ejemplar que ronda los 350 años. A pocos kilómetros de allí se encuentra el quebrachal histórico, lugar donde los Hermanos Kennedy –propietarios de la estancia Los Algarrobos- se enfrentaron a las fuerzas nacionales en 1932, para restituir el gobierno democrático del Presidente Irigoyen.
En enero deL 2007 se cumplieron 75 años de la Revolución de los Kennedy. En su memoria se plantó un algarrobo en la Plaza 25 de Mayo, con la presencia de los hijos y los nietos de los revolucionarios.
En La Paz, todo lo importante está coronado por un algarrobo. Así sucederá un buen día en toda la provincia, cuando siga creciendo la participación de un pueblo sensible que poco a poco va conociendo su patrimonio y defendiéndolo. Está llegando la hora de dejar de ser extranjeros en nuestra propia tierra y comprometernos a defender nuestro patrimonio botánico, la selva de Montiel, desde donde se escucha el llamado del algarrobo.
AL AGUA PECES
La evolución en el pensamiento del pescador tuvo un hito: la Fiesta Provincial del Dorado 2001. “Somos poseedores de un lugar privilegiado, todos los que llegan se sorprenden, es uno de los pocos ríos de Sudamérica con peces, algo que en Europa ya no existe. Por eso estamos convencidos de la necesidad de cuidarlo, no es un bien nuestro, sino de las futuras generaciones”, explicó Jorge Béliz, empresario turístico y uno de los impulsores de la pesca con devolución en La Paz.
El dorado es la estrella en estas costas. Intrépido, peleador, indómito, potente, son algunos de los calificativos que definen esta especie, ubicada en la cima de la pirámide alimenticia del río. Para un pescador, hablar de La Paz es hablar de dorados.
CRUZ ROTA. Frente a La Paz, hay 14.000 hectáreas de vida antigua y conservada, la Reserva Ictícola Curuzú Chalí, uno de los seis ambientes destinados exclusivamente a la pesca deportiva en Entre Ríos, donde se reproduce la fauna íctica. La isla nombrada por los guaraníes como “Cruz Rota” es la más grande del río Paraná; comprende el Riacho Espinillo o Paranacito desde su confluencia con el Guayquiraró hasta su desembocadura en el Paraná; los arroyos Cañas, Indio, Raigones, Víboras y los demás cauces interiores.
Navegar por sus aguas es ingresar a un laberinto infinito de arroyuelos entrelazados, con albardones donde los alisos se estiran buscando la luz, envueltos en diversas enredaderas que forman fantásticas presencias.
Allí es posible apreciar el salto del pez, el vuelo del ave, el canto de la rana; las huellas del carpincho y la nutria y los perfumes misteriosos que llegan por oleadas. Se puede respirar profundamente en Curuzú Chalí.
Estas islas son uno de los pocos paisajes genuinos que nos quedan. Estar allí es viajar en el tiempo medio siglo, andar por un territorio charrúa y guaraní. Una experiencia que enaltece la experiencia del pescador.
martes, 15 de septiembre de 2009
HISTORIAS PARA CONOCER
BATALLA DE DON GONZALO
Batalla de Don Gonzalo (Dto. La Paz, Entre Ríos, Argentina; 9 de diciembre de 1873), combate durante la última guerra civil entre unitarios y federales, derrota del caudillo Ricardo López Jordán frente a las fuerzas nacionales, al mando del general Martín de Gainza.
Mientras López Jordán avanzaba hacia el norte de la provincia, donde pretendía recibir ayuda de los federales de Corrientes, su retaguardia a órdenes del coronel Carmelo Campos fue derrotada en Alcaraz. De modo que el caudillo tuvo que volver hacia el sur, para mantener la revolución en esa parte de la provincia.
Al llegar al arroyo Don Gonzalo, muy cerca de la ciudad de La Paz, los federales encontraron el arroyo crecido y comenzaron a vadearlo con precaución, para no mojar la pólvora tan cerca del enemigo. Pero el cruce dura hasta el otro día, en que una súbita crecida del arroyo dejó a sus fuerzas divididas en dos. En ese momento atacó el general Gelly y Obes, a las cuatro de la tarde del 9 de diciembre. Los nacionales contaban con fusiles de repetición, pero sobre todo con ametralladoras; fue la primera batalla en la historia argentina en que se usaron ametralladoras. Se dijo que también se usaron balas explosivas, algo que casi todo el mundo deploró como violación del derecho de guerra, y más tarde fueron prohibidas en los países occidentales.
Las sucesivas cargas de la caballería lograron evitar el desastre entre los federales, pero dejaron muchos cientos de muertos en el campo de batalla. Ésta se suspendió al llegar la noche, pero a la mañana siguiente, los escuadrones que pudieron regresaron a sus pueblos, donde dejaron sus armas y trataron de pasar desapercibidos como pacíficos pobladores. En la retirada que siguió, López Jordán perdió casi todas sus armas, incluso toda la artillería.
A finales del mes, una segunda derrota en Nogoyá dejaba a los rebeldes sin recursos. Unos pocos días después, López Jordán tuvo que huir nuevamente a Brasil, y la provincia fue nuevamente sometida por la violencia. El caudillo volvería a intentar una nueva revolución en 1876, pero ya muy pocos lo iban a seguir.
Esta fue la última batalla del último caudillo federal en armas. Todavía habrá guerras civiles durante el resto de la década de 1870, pero éstas serán enfrentamientos internos entre facciones del partido liberal, descendiente legítimo del unitario. La batalla de Don Gonzalo fue la última librada en la Argentina por caudillos federales contra fuerzas unitarias.
NUESTRAS FIESTAS POPULARES: "CUANDO EL PAGO SE HACE CANTO"
“Cuando el Pago se hace canto”, es un evento cultural que obliga a replantear nuestras estructuras mentales, ante la presencia de un hecho contundente protagonizado por autores, compositores, intérpretes y público.
Tomar la decisión de concurrir por primera vez puede demorarse en el novato, después ya no podrá dejar de concurrir sin lamentarse.
Los componentes de esta alquimia paceña ameritan un estudio que excede mis posibilidades, pero, expongo para que conste. Artista que sube al escenario se convierte en público cuando baja. En público de sus colegas a los que escucha como si los estuviera descubriendo. Extraña conducta, que si la asociamos a que no hay cachet, marquesinas, ni orden de escenario, nos plantea el primer deslumbramiento. El asombro para quien permanece los tres días, crece cuando, quien ayer fue protagonista, hoy es músico acompañante de un colega que llegó en solitario.
“Cuando el Pago se hace canto” es una salamanca, donde las guitarras soñadoras, se asocian a acordeonas montieleras y a voces de duendes andariegos.
Y así, durante las tres noches de este “encuentro del alma”, los milagros se suceden, tal vez la cercanía del Paso Jordán o el Cabayú de Linares, contribuyan al hechizo.
Martín Aldeano (Extractado de Revista “Cuando el Pago se hace canto)
lunes, 14 de septiembre de 2009
FOTOGRAFIAS: POR CARLOS MARTINEZ
BIOGRAFIAS INDISPENSABLES PARA LOS ENTRERRIANOS Y LAPACEÑOS
RAMON SANTICH
Fue un caso excepcional en la cultura popular. Así, sin más, define Carlos Mange Casís a Ramón Santich, un acordeonista que dejó huella en todo el norte entrerriano y en regiones vecinas. Es que este representante de los sonidos del Litoral tenía un carisma muy especial y por sus condiciones como intérprete llegó a formar parte del grupo liderado por don Tarragó Ros, del cual Santich tomó su estilo.
“El día que se hable de música popular en Entre Ríos, seguramente se hablará de él”, aseguró Mario Alarcón Muñiz al evocarlo en la despedida.Autor de piezas clásicas del repertorio chamamecero, Santich fue un tarragosero hecho y derecho. Su consecuente trayectoria y compromiso con el género le valió el reconocimiento de numerosos referentes, entre ellos el hijo de Tarragó Ros, Antonio, quien en oportunidad del encuentro celebrado en el Festival de Cosquín, en 2004, entregó al músico entrerriano -entre más de 100 acordeonistas presentes- la blanca verdulera de su padre para que la ejecutara.Con una pose que lo caracterizaba al momento de ejecutar el instrumento, Santich dió reiteradas muestras del talento innato que lo acompañaba en muy distintos ambientes, desde las bailantas en el patio de algún barrio paceño o paraje de la provincia, hasta encuentros con la presencia de primeras autoridades provinciales como un recordado festival con la presencia del -en ese entonces gobernador de Corrientes- José Antonio Romero Feris, donde recibió el elogio del mandatario.“Su velatorio constituyó un acontecimiento que convocó a toda la sociedad de La Paz, su muerte fue sentida por todos los sectores”, recordó Casís a El Diario. Prueba del reconocimiento que gozaba el acordeonista es que fue velado en el Concejo Deliberante de esa localidad y la jornada fue declarada asueto para los empleados de la Comuna. Es que Santich era empleado municipal y desde la humildad de ese lugar formó a varias generaciones de acordeonistas en un taller que dictaba en los barrios.El chamamecero era un símbolo de la Fiesta Provincial "Cuando el pago se hace canto", y participó en 26 ediciones consecutivas. Por esto y muchas cosas más, en 2005 se le entregó el Premio "Linares Cardozo".Falleció el 22 de agosto de 2006. Sus restos descansan en el cementerio de La Paz.
EL RAMÓN DEL PUEBLO
“A RAMON SANTICH”
Ramón Santich lapaceño
con acordeón verdulera
que en toda fiestas camperas
le fue poniendo su empeño
pa´ir calmando su sueño
de acordionisto intuitivo
siempre franco, siempre altivo
en el ritmo chamamecero
al estilo tarragocero
para su pago nativo.
En las Ceiba, nació Ramón
y aunque creer nos cueste
a penas de cumplir los siete
ya anda con su acordeón
alegrando algún fogón
junto a sus seres queridos
a San Pedro habían venido
donde algún tiempo quedaron
luego al Damasio marcharon
al que nunca echó al olvido.
Algún tiempo allá vivió
en la estancia del Damasio
le fue creciendo despacio
la música que aprendió
luego otro viaje emprendió
pa´ quedarse en la ciudad
sin olvidar la amistad
cosechada en otros días
se le hizo canto y poesía
por el Caballú Cuatía.
Muy lindas composiciones
ha ido creando Ramón
con su voz y su acordeón
en distintas ocasiones
sobre damas y varones
amoríos y entreveros
junto a José en los senderos
por este suelo entrerriano
PORTATE BIEN CHE HERMANO
también PA´ LOS LAPACEROS
Hoy el Ramón ya se ha ido
En un viaje sin retorno
Y los seres de su entorno
Más sus amigos queridos
No lo echarán al olvido
y harán que su canto quede
porque anduvo sin enredes
en cada presentación
diciendo: "les dejo mi corazón
repartanló entre ustedes".