LAS PALOMAS DEL CAMPANARIO
Remontando las hojas
del viejo calendario,
recupero las alas
del rojo campanario,
regreso a los domingos
tan llenos de campanas,
y aquél sol gurisito
cabalgando mañanas.
Por las mustias paredes
una sombra trepaba,
y un pálido celeste
de vuelos se poblaba,
un reflejo de grises
iba rumbo a la loma,
y mi cielo costero
florecía en palomas.
Las voces y las risas
de a poco se callaban,
en la puerta del templo
una mano se alzaba,
el Padre Juan, sonriendo,
el camino marcaba,
y de un santo silencio
el día se llenaba.
Y hoy regresan recuerdos
que creía perdidos,
y entonces recupero
por suerte del destino,
aquella dulce estampa
del tiempo sin horarios,
y allí están las palomas
y el viejo campanario.
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