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martes, 24 de agosto de 2010

DE MI LIBRO "RETAZOS DEL ALMA"


JUNTOS


Cerquita del río

descubrí tus ojos tan juntos a los míos,

y llenaba el aire

el perfume agreste de los espinillos;

si hasta el caminito

por acompañarnos se volvía lento,

apreté tus manos

y tembló tu cuerpo cual junco en el viento.


Algún camalote

dibujaba azules en la correntada,

mientras la ribera

plena de verano, florecía en alas;

tu risa en cascada

se prendía al vuelo de los siririces,

y por tu alegría

el cielo costero perdía sus grises.


Bebí de tus labios

esa miel silvestre que al monte robabas,

sentí que al besarte

la comarca toda de luz se inundaba;

estiré los dedos,

alcanzarte quise la primera estrella,

y canté esa tarde

sólo con nombrarte la canción más bella.


Nuestras manos juntas

y una dicha inmensa desbordando el alma,

jugando en la costa

gaviotas curiosas quebraban la calma,

la brisa costera

envolvió tu cuerpo, temblaste de frío,

y sobre mi pecho

fuiste una avecilla que buscaba el nido.


Bebí de tus labios

esa miel silvestre que al monte robabas,

sentí que al besarte

la comarca toda de luz se inundaba;

estiré los dedos

alcanzarte quise la primera estrella,

y canté esa tarde

sólo con nombrarte, la canción más bella.

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