Mariposas y alguaciles, mágicos duendes de una infancia hermosa. Mi ciudad con calles de tierra, con siestas llenas de "sopalas" y misterios; y las mariposas y alguaciles pintando el cielo paceño.
Y en el recuerdo surgen las coplas:
"Alguaciles van y vienen/seguro que va a llover/como pidiendo permiso/asoma el atardecer".
"Un cielo de mariposas/se nos acopla al pasar/y hasta el sauce que lloraba/sus penas quizo olvidar".
En mi libro "POEMAS DE RIO Y CIELO", dediqué dos sonetos a estos mágicos duendes de la infancia., que hoy, por el cambio climático, por las fumigaciones no controladas, han casi desparecidos.
DULCE MARIPOSA
En la caliente aurora de la tarde,
cual brisa de colores hace alarde;
en un vuelo fugaz besa a la rosa,
late marzo en la bella mariposa.
Por un instante su andar se detiene,
su frágil transparencia me entretiene.
Un hálito de luz entre las flores,
tiene algo de Dios en sus colores.
Cuando acerco mi mano temblorosa
se suspende, su vuelo queda en calma,
dibuja un arco iris en mi alma.
Alguna urgencia escondida la acosa.
El milagro de sus alas se aleja
mientras llora el rosal su tibia queja.
EL ALGUACIL
Te recuerdo en mi infancia, fugitivo.
Viajero de los vientos, anunciabas
que la lluvia al galope se acercaba
para jolgorio de los seres vivos.
Frágil danza a mi cielo regalabas,
avioncillo de aquellos mansos días.
Tu cuerpito en el aire suspendías
y al querer atraparte, te alejabas.
Hoy recuerdo aquel manso mediodía,
en mi mano brillaron tus colores,
con la luz de aquel marzo apareciste.
Un sueño transparente me traías
con latidos de pájaros y flores,
después en raudo vuelo al cielo fuiste.
Impresionante Horacio, la nitidez de los sentimientos se han manifestado en tu calido trato y humildad de los grandes, los mejores deseo para vos y todo tu trabajo diario
ResponderEliminarRoberto Giusti
Imaginador Visual
Parana Entre Rios